Sin correa, Bueno; Con correa, Malo
Traducción ofrecida por Nuria Francés (edogtorial) revisada por gentileza de Dr. Jesús Rosales-Ruiz, autorizada por su autora, Kay Laurence.
¿Cómo asegurarnos que pasear con nosotros no es venenoso o perjudicial?
Cada pieza del equipo que ponemos al perro le es aversivo en un cierto grado. Por poco incómodo que sea, todos los perros van a tratar de quitarse el collar del cuello cuando se coloca por primera vez. Para algunos perros, cualquier elemento colocado alrededor de la cara provocarán una necesidad permanente de quitárselo. El equipo está diseñado para facilitar el manejo de los perros en beneficio de las personas. El hecho de que tu perro se emocione al ver el equipo, no quiere decir " me gusta". La preparación del equipamiento es un antecedente de salir de la cárcel, al igual que ponerse las botas y el abrigo.
Muchos de mis clientes son capaces de reconocer que los comportamientos de sus perros sin correa son diferentes a cuando van con correa. Las diferencias entre estos comportamientos evolucionan a partir de asociaciones inconscientes.
Siempre recuerdo el comentario de Ian Dunbar sobre castigar a un cachorro por orinar en la casa. Levantarlo hacia arriba, regañar al perrito, retirarlo del calor, de la alfombra de la sala de estar y llevarlo a la hierba húmeda y fría. Cerrar la puerta. El cachorro aprenderá a orinar fuera o aprenderá a evitar que le veas orinar y lo hará donde no le puede ver. Lo descubrirás en algún momento, más adelante, ya sea por el aumento del olor o porque hay que mover el sofá. Este es el problema con el castigo - no podemos controlar las consecuencias.
¿Cómo puede ser el equipo aversivo?
El hecho de que el collar sea bonito y de tela suave no significa que sea cómodo de llevar. Como poco, va a irritar. Tengo un collar precioso con una cadena muy fina, que me gustaría usar más a menudo si la cadena no atrapara los pelos muy finos de mi nuca. Ayer después de haberme cortado el pelo viví el resto del día con un cabello travieso entre el sujetador y la piel. Y señoras, ustedes saben lo que se siente. Esa necesidad de "ajuste" que no debe ser visto en público, y la única solución es quitarse la ropa por completo, buscar, encontrar y eliminar el ofensivo pelo de 1mm. Sólo Dios sabe lo que un collar alrededor del cuello puede hacer - especialmente si se desgasta la piel protectora del collar.
Luego tenemos también el tintineo, para algunos perros cada movimiento es un campanilleo. Llevan sus collares las 24 horas del día, con un ruido metálico bajo su barbilla. Por lo menos dejémosles dormir en paz.
Los perros pueden llevar un collar y disfrutar de los aspectos agradables y desagradables de la vida - un paseíto por el jardín a primera hora de la mañana comprobando la vida silvestre nocturna, o cogerle y darle un tirón para impedirle que huela la tarta que cayó en el suelo. A menudo, el collar en sí mismo, no representa algo aversivo o placer ya que ambas emociones se experimentan cuando se lleva un collar. Pero cuando añadimos la correa cambia el contexto y comenzamos un catálogo de asociaciones desagradables, como:
1. Frustración. Impide ir a explorar, investigar, perseguir y jugar: los principales placeres de estar fuera de casa. Ir a dar un paseo es ir de compras de olores - leer la gran cantidad de olores y relatos dejados por otros animales. La frustración puede empezar con cachorritos muy pequeños, cachorros curiosos, diseñados para aprender de la experiencia del olfato - gusto - tacto. Justo en el momento en que se introduce el paseo con correa.
2. Ser empujado constantemente. El collar y la correa se utilizan para tirar del perro cuando la persona quiere avanzar, a la velocidad que la persona quiere, y elimina la posibilidad de elección para el perro. La dirección puede ser una señal de "evitación" para el perro, pero no tienen otra opción y son arrastrados.
3. Atrapado. Ser acariciado por un extraño. Esto también se conoce con el eufemismo de "socialización".
Yo también fui expuesta a la "socialización" cuando era niña. No recuerdo con cariño a mi tío Bert que apestaba a alcohol agarrándome, ni la tía Ada que insistió en frotar su mejilla con olor a whisky con la mía. Cuando era una niña lo soportaba, pero a los 15 años había aprendido a evitarlo.
Lo mismo ocurre con los cachorros, toleran saludos invasivos cuando son jóvenes, pero a medida que crecen aprenden que no se trata de buenos modales y tratan con todas las formas posibles de comunicación, decir “No, gracias". Pero debido a que estas experiencias de socialización están sucediendo cuando están sujetos por la correa y junto al dueño, no pueden evitarlo de manera educada, por lo pueden verse en la necesidad de recurrir a la amenaza para evitar lo que les incomoda.
4. Forzado a la grosería. Los perros son criaturas sociales muy cualificadas, y cuando sus habilidades se desarrollan en el entorno adecuado, pueden moverse por entre los distintos “territorios” de otros perros sin ofender ni provocar reacciones extremas. En un encuentro inicial a unos 15 metros de distancia, los perros huelen un poco de aire, tal vez se detienen y permanecen quietos con un agradable meneo de cola (Hey, ¿de acuerdo?) y esperan una respuesta antes de seguir acercándose. Ellos pueden entonces desplazarse hasta el punto de olfateo más cercano y dejar más información en forma líquida, o si el otro perro ya lo ha hecho, pasar a leer su información. Es gradual, respetuoso, y permite una vía de escape si las cosas no resultan.
Ahora estás caminando por la calle con tu perro trotando a tu lado y ves a otro perro que viene hacia ti: el acercamiento que hace el uno hacia el otro es el doble de la velocidad con la que caminas (¿recuerdas los trenes que se dirigen uno hacia el otro en la clase de matemáticas?). El perro ve un perro desconocido dirigiéndose directamente hacia él, con una velocidad que indica una intención seria, un enfoque hostil. La anchura de nuestras aceras impide conseguir el espacio que representa el respeto y las buenas maneras. Antes de que te des cuenta, los perros están demasiado cerca, incómodos y forzados a reaccionar. Y el perro está con correa, a tu lado.
5. Caminar desequilibradamente, desacompasadamente. Los perros tienen cuatro aires o maneras de caminar: paso, trote, ambladura, galope. Cuando camina con su manada humana, solemos ver al perro ir al paso y al trote. Para los perros más grandes que un Cocker Spaniel, yendo junto a una persona de menos de 2 metros su trote es ligeramente más rápido que el paso humano, y la velocidad de caminar del perro es demasiado lenta.Video del Movimiento en YouTube). En el otro extremo de la escala, las razas muy grandes pueden caminar acompasados con nuestro caminar.
La restricción de la correa, junto con ronzales y arneses basados en el castigo, impiden que el perro realice cualquiera de sus movimientos naturales, caminar o trotar, y se ven obligados a la ambladura. Esto es lo mismo que si caminaras balanceando tu brazo izquierdo hacia adelante con la pierna izquierda y el derecho con la pierna derecha. Después de 20 pasos, la espalda empieza a tirar, y probablemente apretarás los puños en señal de frustración. Ahora imagina un grupo de personas caminando hacia ti, muy rápido, con este ritmo peculiar - sospechoso ¿no? Si tienes un perro incapaz de llevar el paso de ambladura, el resultado es el caminar como un yo-yo. El perro va a caminar hasta el final de la correa, se detiene, le espera, o le tiras de nuevo a su lado, en los próximos 10 pasos el perro está de vuelta al extremo de la correa de nuevo. Atado con la correa junto a ti - incómodo.
6. Entrenamiento. No es lo que yo llamaría adiestramiento, pero el castigo deliberado a menudo aparece a través del equipo por culpa de lo que el humano percibe como transgresiones. Con correa, a tu lado. Clases de adiestramiento, caos, gritos, ladridos, ser olfateado sin previo aviso, demasiado cerca de otros perros. Sí, me encanta estar con la correa.
7. Visitando la clínica de la tortura. ¡Aja, los veterinarios! Tiene todos los indicios de ser un lugar muy malo, se huele el miedo de los visitantes anteriores. Arrastre, tire, apriete el collar, dedo en el culo. Con correa, a tu lado.
8. Paseo por la calle. Respirar contaminación. Estornudar, puaj. Malos olores, frenos chirriantes. Con correa, a tu lado.
Sin correa es el cielo
Explorar, correr, caminar trotar, parar, volver a caminar. Sin ritmo predeterminado. Seguir, buscar, aaaah, leer un buen artículo, añadir perfumes al cuello y al hombro. Placer. Perseguir una paloma, picar alguna caca de oveja, alejarse de perro raro que se acerca.
La libre elección, que lo toquen o no, la libre elección de ser olido o no. Tarjeta con crédito ilimitado en la tienda favorita.
Sin pensar que exageramos el placer de estar sin correa en comparación con el de ir con correa. Todas las cosas malas le suceden con correa y todos los verdaderos placeres son sin correa. ¿Alguna sorpresa con que el comportamiento del perro es muy diferente? No sólo es la asociación con el equipo, sino también el estar al lado de usted. Esto es preocupante, si su perro pasa la mayor parte del tiempo tratando de alejarse, ¿no deberíamos tomar nota? Además, hay con frecuencia ocasiones y ambientes específicos en los que esta asociación es predecible - caminando por la calle, cursos de formación, conocer gente y perros.
Opciones:
1. Nunca sacar a su perro con correa.
En algunos entornos es totalmente impracticable. Pero, ¿tú puedes ir al bosque, aparcar el coche, y dejar al perro directamente correr libre sin correa? Es un perro poco común que crece en un ambiente seguro donde la restricción no es necesaria.
2. Nunca deje a su perro correr libre sin correa.
Todas las experiencias agradables y desagradables están asociadas con las mismas señales del entorno. Puedes hacer la señal de caminar “en junto” conmigo con cierta correa, o el collar, y correr libre con una correa larga, o con correa auto-retráctil y arnés. ¿O acaso puede correr libremente con el perro atado a la correa?
3. Dale experiencias más agradables, y bloquea o evita experiencias desagradables con la correa.
• Dale tiempo al perro a hacer elecciones, cuando quiera cambiar de dirección. Invítale, no tires.
• Camina más despacio para que tu perro pueda moverse a un paso natural, o correr en su trote.
• Ten en cuenta que salen a la calle por el placer de oler, hay que darles tiempo para oler.
• Cruza la calle, aléjate cuando veas que se acerca rápidamente un perro o persona hostil.
• No fuerces el contacto íntimo con perros o personas extrañas a menos que sea la elección del perro.
• Enseña a tu perro juegos de olor estructurados: rastro, búsqueda de sustancias etc., disfruta de la actividad con tu perro mientras va con correa.
• Jugar, juegos de estirar, juegos de salchichas dentro de la longitud de la correa. Asegúrate de que los placeres y los juegos son junto a ti, no que siempre sea lanzar y tirar y el perro salga corriendo separándose de ti.
Seamos conscientes.
En realidad tenemos que utilizar equipos para mantener a los perros a salvo de las amenazas que no pueden comprender o no tienen los conocimientos necesarios para evitar. Asegúrate de no desequilibrar la asociación de este equipo haciendo que la mayoría de los eventos desagradables que suceden en la vida al aire libre son con correa, y todos los acontecimientos más agradables sin correa.
Traducción ofrecida por www.cursoclicker.es, revisada por gentileza de Dr. Jesús Rosales-Ruiz, autorizada por su autora, Kay Laurence.
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